1° de Mayo. -Salimos del campamento, de Vuelta Corta. Allí fue donde Policarpo Pineda, el Rustán, el Polilla, hizo abrir en pedazos a Francisco Pérez, el de las escuadras. Polilla, un día, fusiló a Jesús: llevaba al pecho un gran crucifijo, una bala le metió todo un brazo de la cruz en la carne: y a la cruz, luego, le descargó los cuatro tiros. De eso íbamos hablando por la mañana, cuando salió al camino, ya en la región florida de los cafetales, con plátano y cacao, a una mágica hoya, que llaman la Fontina, y en lo hondo del vasto verdor enseña apenas el techo de guano, y al lado, con su flor morada, el árbol del caracolillo. A poco más, el Kentucky, el cafetal de Pezuela, con los secadores grandes de mampostería frente a la casa, y la casa, alegre y espaciosa, de blanco y balcones; y el gran bajo con las máquinas, y a la puerta Nazario Soncourt, mulato fino, con el ron y el jarro de agua en un taburete, y vasos. Salen a vernos los Thoreau, de su vistoso cafetal, con las casitas de mampostería y teja: el menor, colorado, de... y los ojos ansiosos y turbios, tartamudea: ¿"-pero podemos trabajar aquí, verdad? podemos seguir trabajando". Y eso no mas dice, como un loco. -Llegamos al monte. Estanislao Cruzat, buen montuno, caballerizo de Gómez, taja dos árboles por cerca del pié, clava al frente de cada uno dos horquetas, y otras de apoyo al tronco, y cruces, y varas a lo largo, y ya está el banco. Del descanso corto, a la vereda espesa, en la fértil tierra de Ti-Arriba. El sol brilla sobre la lluvia fresca: las naranjas cuelgan de sus árboles ligeros: yerba alta cubre el suelo húmedo: delgados troncos blancos cortan, salteados, de la raiz al cielo azul, la selva verde, se trenza a los arbustos delicados el bejuco, a espiral de aros iguales, como de mano de hombre, caen a tierra de lo alto; meciéndose al aire, los cupeyes: de un curujey, prendido a un jobo, bebo el agua clara: chirrian, en pleno sol los grillos. -A dormir, a la casa del "español malo": huyó a Cuba: la casa, techo de zinc y suelo puerco: la gente se echa sobre los racimos de plátanos montados en vergas por el techo, sobre dos cerdos, sobre palomas y patos, sobre un rincón de yucas. Es la Demajagua.
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“Amanecen, y temprano emprenden la marcha, haciendo el recorrido por un camino real bastante bueno que pasa por la finca "San Esteban", "Hacienda La Nueva", río "Demajagua", entronque del camino real que va a la "Maya", a "Guantánamo", el río "Australia", río "San Alejandro", cafetal "Lucerna" y el entronque de los caminos de "Ermita" al "Palenque" y de "Marimón' a "Guantánamo".
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