José Martí consagró su vida a sus ideales filosóficos y patrióticos. A consecuencia de estos últimos, fue deportado de Cuba y estuvo mucho tiempo en tierras extranjeras. Se ganó la vida escribiendo para publicaciones tanto en español como en inglés. También escribía en francés, latín y alemán y tenía al menos conocimientos del portugués, griego y hebreo. Hizo varias traducciones al español de obras significantes, proclamó bellos discursos y su epistolario es un manantial de valores cívicos y patrióticos sin dejar cada carta de ser una lección en literatura. Su producción literaria fue excesiva. |
En muchas de sus obras es imposible negar el amor a su patria, lo cual es un honor y orgullo de todos los cubanos, pero también demuestra una lírica extremadamente refinada, tanto en la poesía como en la prosa; según Darío, la prosa de Martí es la “más bella del mundo”. Un matiz muy peculiar de José Martí es el control del idioma que sus obras demuestran, y que se requiere dominar otras lenguas para llegar a captar. Compensa las debilidades de la lengua española que usualmente no notamos pero son tan obvias desde la perspectiva del inglés, el alemán o el latín. Sin embargo, siempre reconoció cada idioma por sus valores y se mantuvo fiel al que la obra demandaba. Mencionamos aquí algunas obras de Martí que consideramos fundamentales desde el punto de vista literario. |