Estoy en Gobernación desde temprano, esperando a que levante Guelito, en el deseo de que supiésemos algo antes de salir Mayía. Pero ya el vapor está en puerto, y acaso él se dispone en este instante a salir. Aquí quedo en la Administración de Correos, esperándolo, por si viene, -y conmigo dinero para el viaje, que no me atrevo a fiar al mensajero
|
Y al cerrar esta carta, y repasar cuantas de Cuba y afuera, por si hay algo que enviarle ¿cómo reprimir la confianza en lo propicio de la hora, que rebozan todas ellas? ¿ni qué, sin ofensa, pudiera yo decirle de esto? Pero esa es el ansia general, de la gente probada y sensata, y cumplo con trasmitírsela. Ahora, no nos haremos esperar sino lo que nos mande la prudencia: luego, Vd. verá, cómo, a guerra rápida y amor, encendemos el país.
|