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José Joaquín Palma |
Toda Una Vida |
por la Dra. Fanny Azcuy Alón |
Presentación |
“Honorable Sr. Presidente; |
“Honorables Sres. Académicos: |
“Estudiar, comprender, interpretar una vida, no es asomarse, con más o menos acuciosa fidelidad histórica, al mundo minucioso y objetivo, relativa valencia expresiva de su decursar a través del tiempo y de las acciones materiales que la han embargado. Tampoco es sumergirnos en sus profundidades subjetivas para atisbar y sorprender los componentes de su más íntima constitución temperamental e inteligente, en aislamiento diseccionador y en su más prístina pureza y rusticidad. Está muy distante de ser el contemplar con ojos de Argos la psiquis activa y descubrir en las sutiles huellas que va dejando en el barro del sendero, la dinámica rectora; trasuntos pautadores de sus estados sensibles y de sus relaciones, con vigencia y autoridad bastantes para desnudarnos el complejo mundo volitivo del sujeto. |
“El estudio de una vida, sin embargo, participa de todo ello, porque los expresados son, en último y estrecho análisis, ingredientes, elementos dosificados e indispensables, aunque incompletos, insuficientes y hasta amorfos aún: ya que, sólo combinados con elementos de más profunda sutileza, en meticulosa armonía rítmica, toman carácter y fisonomía y pueden darnos la clave de la energía interna, de las fuerzas nucleares que determinan el contenido y la orientación de aquella existencia. Sólo cuando logramos contemplar aquella entidad en su conjunto integrado, en la maravilla de su complejidad y armonía estructural, es cuando hemos pernoctado en la zona reveladora del átomo de humanidad que es aquella vida, fragmento al cabo del Cosmos Espiritual, porción minúscula de la divina energética dispersada en el seno de la Nebulosa Universal. |
“Y si logramos observar la integralidad de ese pequeño mundo, con tan particular destreza como para llegar a sentirnos parte del mismo; viviendo, como cosa propia, sus estímulos y reacciones en gravitacional presencia; los conflictos que en aquella retorta crepitan y pugnan; las contiendas entre lo objetivo y lo subjetivo; el acicatear de las pasiones alentadas contra las realidades vivientes; el constante debatir entre lo positivo y lo negativo, entre lo doloroso y lo placentero, entre el Bien y el Mal; habremos logrado liberar la energía ética asimilable, y habremos alcanzado parte de la conciencia universal que ha presidido nuestra formación como seres inteligentes, noción de lo que significa vivir a cabalidad. |
“Es por eso, señores Académicos, que en esta noche no acudo ante ustedes trayendo la sucinta biografía de un hombre en fiel sucesión cronológica, ni haciendo el épico elogio de un patriota, ni presentando el jirón brillante de un acontecido notable. Pongo, ante vuestra autoridad analítica, toda una vida; la vida de un hombre dulce y modesto, que pasó por este mundo, llevando en una mano su lira inseparable y, en la otra, muy en alto, los principios éticos de obligada práctica y perenne presencia en su espíritu, elegantemente hermanados con su amor a la Libertad y a Cuba, tan superiores ambos a todo otro sentimiento, que sólo fue posible que se extinguieran con su último aliento vital. |
“Os traigo, señores Académicos, la vida casi olvidada, pero gloriosa y sugestivamente íntegra, de José Joaquín Palma.” |
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