Y ¿qué es la tumba?... La Historia |
| Dice con voz inspirada: |
| Para el mercader, la nada, |
| Y para el sabio la gloria. |
Conto, con tus ideales |
| Te alzaste en perpetua guerra |
| Del fango vil de la tierra; |
| ¡Vives con los inmortales! |
Con acentos soberanos |
| Vibró tu lira armoniosa, |
| Y fue tu espada radiosa |
| Segadora de tiranos. |
El genio tu fama abona |
| y hoy te dan con amor fiel, |
| Guatemala, su laurel |
| Y Colombia, una corona. |
Y yo en haces de luz varia |
| Ciño a tu nombre glorioso, |
| El reflejo más hermoso |
| De mi estrella solitaria... |
Ahora a repetir voy yo, |
| Lo que dijo en otro día, |
| Un poeta que aun vivía, |
| A un poeta que murió. |
Muy lejos de su floresta |
| Exhaló su alma de bardo, |
| Viajero que arroja el fardo |
| Al fin de la áspera cuesta. |
Vagó con el alma herida |
| Sin sentir nunca alborozo; |
| Y es la historia de su vida |
| Una lágrima, un sollozo. |
Como fuente cuyo cauce |
| Queda seco en primavera, |
| Y deja por su ribera, |
| Aquí una rosa, allá un sauce... |
¡Oh, Conto!, mi voz escucha, |
| Vuelve a tu paterna orilla, |
| Te llama el mar de la Antilla |
| Que a sus pies se agita y lucha... |
Mas si no has de hallar asilo, |
| Si has de rodar por las ondas |
| Como Moisés por el Nilo, |
| No Conto, no le respondas. |
Si ha de ser tu vida ansiosa |
| Arbol que el ábrego trunca, |
| Cúbrete con doble losa. |
| ¡Conto!, no despiertes nunca... |
Descansa en paz en tu lecho; |
| Que allá muy lejos retumba, |
| Voz de temporal deshecho, |
| Y aquí cuidan de esa tumba, |
| La Libertad y el Derecho. |