Damisela Participación de José Martí en la Conferencia Monetaria Internacional de 1891 en Washington D.C.

José Martí en la Conferencia Monetaria Internacional de 1891. Bandera de Cuba.

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José Martí
Conferencia Monetaria Internacional de 1891
Breve cronología
1891

En acuerdo con la Conferencia Panamericana celebrada en Washington de 1888 a 1890 se celebraría una Conferencia Monetaria Internacional con el fin de realizar la uniformidad de la moneda. Crear una moneda internacional para las Américas, así como en el presente lo es el Euro en Europa.


El Gobierno de los Estados Unidos se apresuró en convocar la Conferencia Monetaria para principios de 1891. Se estima que propósitos alternos, y tal vez personales, justificaban tal prisa: animar la economía de los Estados Unidos que durante la presidencia de Harrison se encontraba decaída, dar salida a las enormes reservas de plata, anular la desmonetización de la plata que tomó efecto en 1873, crear un patrón plata al cual se oponían grandes intereses americanos y extranjeros, o posiblemente iniciar la campaña política presidencial de James G. Blaine quien ocupaba el cargo de Secretario de Estado y el cual no inspiraba confianza a Martí por sus tendencias imperialistas.


El 23 de diciembre de 1890 recibe José Martí, que desde el 16 de abril de 1887 ejercía el cargo de Cónsul del Uruguay en Nueva York, la noticia que tiene que representar al Uruguay en la Conferencia Monetaria Internacional. Estaba a cargo del ministerio de Relaciones Exteriores del Uruguay Don Oscar Hordeñana y Don Enrique Estrázulas ejercía el cargo de Cónsul General en Nueva York. Estrázulas, buen amigo de Martí y una de las personas a quien el Apóstol dedica los Versos Sencillos, viajaba a Europa en esos días. La notificación que recibe Martí es por cable, donde se le instruye que la documentación requerida será enviada por correo. Tal documentación no llega y a pesar de las gestiones efectuadas por Martí para resolver la desviación del protocolo diplomático, no le es permitido asistir a la primera reunión de la Conferencia. Tal vez haya sido un lapso o tal vez, como estiman los conocedores del caso y protocolos diplomáticos, haya habido “desconfianza de las actividades martianas” o haya sido una maniobra del propio Blaine demorar el reconocimiento de la designación de José Martí como delegado por el Uruguay.


• Luis Rodríguez-Embil en "José Martí, el santo de América" de la Imprenta P. Fernández y Cia, 1941, nos resume los detalles:


“Blaine está por la acuñación libre. Martí, en carta a Gonzalo de Quesada y en otras ocasiones y lugares, ha expresado ya opinión contrapuesta.


“La Conferencia Monetaria duró largos meses, y terminó con una resolución de que antes de mucho se reúna otra Comisión que pueda llegar a un acuerdo para uniformar el sistema monetario de las naciones americanas con provecho de todas y cada una de ellas.


“Blaine salía de la Conferencia, por él convocada y que no había alcanzado a tomar resolución alguna, quebrantado en su prestigio inmediato, y en el mediato de sus aspiraciones presidenciales, cosa importante a Martí, tanto por lo menos como la propia Conferencia, dadas las tendencias imperialistas del Secretario de Estado. Martí ha aprendido de nuevo mucho, ha estado entre talones de la política de la más fuerte y poderosa nación del continente. Ha conocido y estado en contacto con hombres representativos del Continente mismo, como Don Matías Romero, Delegado y Ministro de México, Quesada de la Argentina, Rengifo de Colombia... Y ha tenido ocasión, que no desperdició por cierto, de hacer propaganda por su grande idea, cubana y americana, en el propio Washington, en "La Nación" de Buenos Aires al tratar el tema de la Conferencia, en Nueva York más tarde. Nombrado Ponente de una comisión, ha leído, en la Conferencia, un informe, en castellano y en inglés, que ha sorprendido por su elocuencia llameante y la amplitud de su visión y sus juicios, a los que no le conocían. "El oficio del Continente americano no es levantar un mundo contra otro"... léese en el informe. Habla Martí en él de "las hondas escisiones en la Delegación Americana" en la Conferencia celebrada dos años antes. Y concluye que sería conveniente la reunión de una nueva Conferencia Monetaria, universal ésta, "en Londres o en París", "con asistencia de los países americanos".”



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Última Revisión: 1 de Octubre del 2007
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