José Martí acompaña a su padre en un viaje al Partido Hanábana (Jagüey Grande) en Matanzas, Cuba, donde Don Mariano Martí había conseguido ser nombrado Capitán de Partido. Ayuda a su padre sirviéndole de secretario y amanuense. Le envía a Doña Leonor la primera carta conocida de José Martí. Regresan a La Habana a los pocos meses.

José Martí es inscrito en el colegio San Anacleto dirigido por Don Rafael Sixto Casado. El importe de las matrículas son abonadas por el señor Arazoza. Anteriormente Martí había atendido un colegio de barrio.

En el colegio San Anacleto conoce y establece amistad con Fermín Valdés Domínguez (Cartas de José Martí a Fermín Valdés Domínguez).

• Fermín Valdés Domínguez en “Martí: ofrenda de hermano” originalmente en “El Triunfo” del 19-20 mayo 1908, reproducido en “Homenaje a José Martí en el Centenario de su Nacimiento” de la “Revista Cubana”, Publicaciones del Ministerio de Educación, Dirección General de Cultura, La Habana, Cuba, 1953. Páginas 237-287:

...“De un pequeño colegio de barrio, del que decía Martí que no podía olvidarse porque al maestro, y también a la maestra, debía él que sus orejas se separaran de la cara algo más de lo natural, y por las palmetas que de ellos sufrió, pasó a los nueve años al colegio "San Anacleto", que dirigía en La Habana el laborioso e ilustrado educador señor Rafael Sixto Casado.”...

• Pánfilo D. Camacho en “Una vida en perenne angustia” en “Archivo José Martí” Tomo IV, No. 2. 1948, de las Publicaciones del Ministerio de Educación, Dirección de Cultura, La Habana, páginas 133-150:

...“Sin embargo de su pobreza, que soportaba con la serenidad de un justo, en el San Anacleto le ocurrió el suceso más trascendental de su vida: allí tuvo de condiscípulo a Fermín Valdés Domínguez, que hasta su muerte iba a ser su mejor amigo, su hermano del alma, su Fermín querido, como siempre después él lo llamaría. Desde luego que Fermín comenzó por compartir su abundante merienda con el amiguito pobre, que no envidiaba a nadie, sino que se daba íntegro a todos.

“Como a la angustia física por lo económico unía entonces la angustia espiritual por no tener manera de enterarse de las cosas del Mundo, fue Fermín quien le facilitó la oportunidad de leer algunos libros.”...