[Enero 30, 1895] |
Sr. Paulina y Ruperto Pedroso |
Paulina y Ruperto:
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Allá les va otro hermano, y Vds. saben que yo sólo llamo así a quien tiene ancho y puro el corazón. Sólo horas estará en Tampa, la primera vez; mímenlo. Estamos en horas de mucha grandeza y dificultad, y él va a un servicio glorioso. ¿No leen ahí los cubanos en mi silencio? ¿No se les salta la mano a ayudar lo que ya ven?
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A Gonzalo quiéranmelo mucho; él tiene alma de pobre. Y si para cumplir con la obligación que lleva, llega, lo que no creo probable, a tener que pedir a Vds. al fin, el sacrificio grande que tantas veces me han ofrecido -háganlo, cueste lo que cueste! Sin eso podría toda nuestra obra venirse abajo, por falta del calor de sus manos. -Yo, Vds. lo saben, estoy levantando la Patria a manos puras. Ni a Paulina ni a Ruperto los recuerdo nunca sin que sienta como una sonrisa el corazón.
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Si es preciso, háganlo todo, den la casa. No me pregunten. Un hombre como yo, no habla sin razón este lenguaje. Quiéranme a Gonzalo. Díganme si no ven todo el fuego de Cuba en sus ojos.
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Su
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José Martí |
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