¿Qué hacer, salvado ya aquí cuanto pude esperar salvar y salvé-qué hacer, sino aguardar ansioso la carta que de Vd. espero, en respuesta a la mía en que les expuse la situación actual, y lo que en ella podemos y debemos hacer? Muy inquieto espero. Sin esa base, andaría al garete. Con ella sigo seguro. No me toca aconsejarles, porque parecería interesado y deseoso de que no se pusiese mano inicial mientras la obra que represento no la pueda poner,-ni debo, en un ápice, engañarlos. No menos de lo que es, ni más. Así, aguardo. Pero no estimularé un sacrificio que por falta de autoridad, o de concierto, o de tiempo, pudiera ser nulo, o menor de lo que debe ser. Y culpable en que lo hubiese consentido u ordenado antes de su oportunidad. Relean mi carta: hoy es cuando la escribí.
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