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José Martí |
Ulpiano Dellundé |
Cartas de José Martí |
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M. Cristi, 20 Marzo [1895] |
Sr. Ulpiano Dellundé |
Amigo muy querido:
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El más afectuoso agradecimiento le escribe estas líneas, no sólo por el fino regalo, que llegó bien, y ha sido estimadísimo sino por su carta de alarma a Montesinos, y por las otras dos a la casa del General, que me llegaron casi a la vez que esa primera. De Vd. y de su amigo podemos decir, y diremos: "Esos son hombres". Es gusto grande el de dar cima a algo difícil, en compañía de quienes, como nosotros acá, sabemos estimarlo. Yo me apego más a Vd. y al amigo Lambert, y siento como que algo sagrado nos junta, y es el corazón igual en una hora de prueba. Todo bien, pues: -y todo irá bien.
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De Cuba; no se reciben felizmente malas noticias. Por el eco medimos los golpes. Por diversas vías se nos confirma la unanimidad y robustez de la revolución: y con insistencia grande, y de varias fuentes se viene hablando de un suceso importante en la Habana, ya de una sorpresa cubana victoriosa a un depósito de armas en la ciudad, ya de un incendio en la Habana por los insurrectos, ya de la salida de Julio Sanguily, luego de sorprender un depósito de armas con un buen número de jóvenes de la Habana: -eso acaso es lo que quiere encubrir el boletín del cable al decir que "la policía ha sorprendido en la Habana 40 depósitos de armas." Lo cierto es que afuera llega un eco creciente y sostenido, y por eso, -aparte de nuestro conocimiento, -es lícito suponer que la tierra adorada se ha alzado con empuje y disciplina. -Rivadavia, el argentino, tenía razón: "Estos pueblos se salvarán." Estos amigos suyos, en cuanto a sus personas, le agradecen tiernamente el cuidado que por ellas muestra.
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Y ahora, usted: ¿qué caedera es ésa que me le ha entrado en el espíritu, que por ella, viene Vd. a imaginarse, y a estar, enfermo del cuerpo? No más que una enfermedad tiene Vd., y es la prisión de su espíritu culto y diverso en condiciones feas y hostiles: -Pero ¿qué sacrificio es superior, o la pena que cause, el bienestar y orgullo de domarlo, sobre todo cuando se tiene en la casa un buen golpe de cielo; y se sienta uno a la mesa suficiente del trabajo propio, y descansa uno y crece con la medicina de la lectura, y puede uno rehacerse el cuerpo aflojado en el trato íntimo con la naturaleza? Entre en sí mismo, y en la salud de sobreponerse a la contrariedad que le rodea, lo que es cosa fácil, con esas almas amorosas, que le pueblan su rincón, y una obra de empeño que se ponga Vd. a escribir, y el hábito de acompañar en sus cabalgatas al amigo Lambert. Tardes y domingos, a la yerba. Levántase de su inconformidad, -mírela desde arriba, con la ocupación y contenido de algún trabajo sostenido y fuerte, -y verá nuevo, colorado y sin hígados a mi noble amigo Dellundé. -Sea quien es, y no se deje picotear por la menudencia. ¿No ve, desde el balcón de su casa, el monte? Vaya a él, -y álcese con él. -Y sabiéndolo más quieto, y hecho a la molestia pasajera de ese destierro en que le están floreciendo tan puras y útiles las hijas, y donde la mayor pena de Lola es verlo cabizbajo a Vd.; -tendrá un placer vivo, sean cualesquiera sus angustias y ansiedad, este agradecido huésped que ya se ve orgulloso como cosa de su casa,-y ahora más, con el regalo muy valioso de Rosa a María. A María le servirá mucho. -Le Petit Français, pa. la escuela q. van a poner ella y su hermanita. -Escuda: la casa de Vd. y amistad, la que les tiene su
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José Martí |
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Notas de Gonzalo de Quesada y Miranda en el Tomo 8 de sus “Obras Completas de Martí”, 1937, páginas 156 y 157 relacionadas con esta carta: |
A la María que Martí se refiere es a María Mantilla. |
“Al pie de la firma de Martí hay la siguiente nota del General Gómez: "Lo saluda y quiere cada día más su viejo amigo, M. Gómez".” |
“Nota puesta por Ulpiano Dellundé a esta carta: "Lo que me tenía enfermo y triste era el peligro en que vela entrar a mis queridos amigos Gómez y Martí y los horrores de la cruenta guerra que desolaría mi idolatrada patria".” |
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