Los inambúes son aves pequeñas, los más grandes apenas logran el tamaño de una gallina doméstica. Su aspecto físico es muy similar al de las perdices, nombre que en ciertas partes de América Hispana se le ha apodado desde tiempos coloniales. Y su carne es comestible y de buen sabor, pero los inambúes no son lo que a simple vista aparentan ser.
En realidad el parentesco de los inambúes, o tinamúes, no es muy cercano a las gallinas, ni las perdices. Son rátidas al igual que los avestruces, los ñandúes, y otros. Más aun, presentan un caso sumamente interesante porque sí pueden volar. En diferencia de las otras rátidas, tienen el esternón en forma de quilla, y por tanto pueden ejercer el vuelo. Aunque cuando lo hacen, aparentan cansarse pronto. Algunos científicos las consideran las aves más 'primitivas' que existen, ya que son rátidas que aun no han evolucionado lo suficiente para perder la facultad del vuelo.
Sin embargo, son similares a las otras rátidas en sus hábitos y comportamiento. La obligación de incubar los huevos y criar a los polluelos recae sobre el padre. Mientras que las hembras les ponen a diferentes machos durante la temporada de cría. También tienen la forma del cráneo como las otras rátidas. Estudios recientes del DNA confirman el parentesco. |