. . . .Yo vivía en la torre inclinada |
De la Melancolía... |
Las arañas del tedio, las arañas más grises, |
En silencio y en gris tejían y tejían. |
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. . . .¡ Oh, la húmeda torre !... |
Llena de la presencia |
Siniestra de un gran buho, |
Como un alma en pena; |
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. . . .Tan mudo que el Silencio en la torre es dos veces; |
Tan triste, que sin verlo nos da frío la inmensa |
Sombra de su tristeza. |
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. . . .Eternamente incuba un gran huevo infecundo, |
Incrustadas las raras pupilas más allá; |
O caza las arañas del tedio, o traga amargos |
Hongos de soledad. |
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. . . .El buho de las ruinas ilustres y las almas |
Altas y desoladas ! |
Náufraga de la Luz yo me ahogaba en la sombra... |
En la húmeda torre, inclinada a mí misma, |
A veces yo temblaba |
Del horror de mi sima. |
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* * * |
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. . . .¡ Oh, Tú que me arrancaste a la torre más fuerte ! |
Que alzaste suavemente la sombra como un velo, |
Que me lograste rosas en la nieve del alma, |
Que me lograste llamas en el mármol del cuerpo; |
Que hiciste todo un lago con cisnes, de mi lloro... |
Tú que en mí todo puedes, |
En mí debes ser Dios ! |
De tus manos yo quiero hasta el Bien que hace mal... |
Soy el cáliz brillante que colmarás, Señor; |
Soy, caída y erguida como un lirio a tus plantas, |
Más que tuya, mi Dios ! |
. . . .Pedón, perdón si peco alguna vez, soñando |
Que me abrazas con alas ¡todo mío! en el Sol... |