. . . .¿Vienes? me llega aquí, pues que suspiras, |
Un soplo de las mágicas fragancias |
Que hicieran los delirios de las liras |
En las Grecias, las Romas y las Francias.
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. . . .¡Suspira así! Revuelen las abejas; |
Al olor de la olímpica ambrosía, |
En los perfumes que en el aire dejas; |
Y el dios de piedra se despierte y ría,
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. . . .Y el dios de piedra se despierte y cante |
La gloria de los tirsos florecientes |
En el gesto ritual de la bacante |
De rojos labios y nevados dientes;
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. . . .En el gesto ritual que en las hermosas |
Ninfalias guía á la divina hoguera, |
Hoguera que hace llamear las rosas |
En las manchadas pieles de pantera.
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. . . .Y pues amas reir, ríe, y la brisa |
Lleve el són de los líricos cristales |
De tu reir, y haga temblar la risa |
La barba de los Términos joviales.
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. . . .Mira hacia el lado del boscaje, mira |
Blanquear el muslo de marfil de Diana, |
Y después de la Virgen, la Hetaira |
Diosa, su blanca, rosa y rubia hermana
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. . . .Pasa en busca de Adonis; sus aromas |
Deleitan á las rosas y los nardos; |
Síguela una pareja de palomas |
Y hay tras ella una fuga de leopardos.
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***
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. . . .¿Te gusta amar en griego? Yo las fiestas |
Galantes busco, en donde se recuerde |
Al suave són de rítmicas orquestas |
La tierra de la luz y el mirto verde.
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. . . .(Los abates refieren aventuras |
Á las rubias marquesas. Soñolientos |
Filósofos defienden las ternuras |
Del amor, con sutiles argumentos,
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. . . .Mientras que surge de la verde grama, |
En la mano el acanto de Corinto, |
Una ninfa á quien puso un epigrama |
Beaumarchais, sobre el mármol de su plinto.
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. . . .Amo más que la Grecia de los griegos |
La Grecia de la Francia, porque en Francia |
Al eco de las Risas y los Juegos |
Su más dulce licor Venus escancia.
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. . . .Demuestran más encantos y perfidias |
Coronadas de flores y desnudas, |
Las diosas de Clodion que las de Fidias. |
Unas cantan francés, otras son mudas.
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. . . .Verlaine es más que Sócrates; y Arsenio |
Houssaye supera al viejo Anacreonte. |
En París reinan el Amor y el Genio: |
Ha perdido su imperio el dios bifronte.
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. . . .Monsieur Prudhomme y Homais no saben nada. |
Hay Chipres, Pafos, Tempes y Amatuntes, |
Donde al amor de mi madrina, un hada, |
Tus frescos labios á los míos juntes.)
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. . . .Sones de bandolín. El rojo vino |
Conduce un paje rojo. ¿ Amas los sones |
Del bandolín, y un amor florentino? |
Serás la reina en los decamerones. |
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. . . .(Un coro de poetas y pintores |
Cuenta historias picantes. Con maligna |
Sonrisa alegre aprueban los señores. |
Clelia enrojece. Una dueña se signa.)
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. . . .¿Ó un amor alemán? - que no han sentido |
Jamás los alemanes -: la celeste |
Gretchen; claro de luna; el aria; el nido |
Del ruiseñor; y en una roca agreste,
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. . . .La luz de nieve que del cielo llega |
Y baña á una hermosura que suspira |
La queja vaga que á la noche entrega |
Loreley en la lengua de la lira.
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. . . .Y sobre el agua azul el caballero |
Lohengrín; y su cisne, cual si fuese |
Un cincelado témpano viajero, |
Con su cuello enarcado en forma de S.
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. . . .Y del divino Enrique Heine un canto, |
A la orilla del Rhin; y del divino |
Wolfang la larga cabellera, el manto; |
Y de la uva teutona el blanco vino.
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. . . .Ó amor lleno de sol, amor de España, |
Amor lleno de púrpuras y oros; |
Amor que da el clavel, la flor extraña |
Regada con la sangre de los toros;
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. . . .Flor de gitanas, flor que amor recela, |
Amor de sangre y luz, pasiones locas; |
Flor que trasciende á clavo y á canela, |
Roja cual las heridas y las bocas.
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***
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. . . .¿Los amores exóticos acaso...? |
Como rosa de Oriente me fascinas: |
Me deleitan la seda, el oro, el raso. |
Gautier adoraba á las princesas chinas.
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. . . .¡Oh bello amor de mil genuflexiones; |
Torres de kaolín, pies imposibles, |
Tazas de té, tortugas y dragones, |
Y verdes arrozales apacibles!
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. . . .Ámame en chino, en el sonoro chino |
De Li-Tai-Pe. Yo igualaré á los sabios |
Poetas que interpretan el destino; |
Madrigalizaré junto á tus labios.
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. . . .Diré que eres más bella que la luna: |
Que el tesoro del cielo es menos rico |
Que el tesoro que vela la importuna |
Caricia de marfil de tu abanico.
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***
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. . . .Ámame japonesa, japonesa |
Antigua, que no sepa de naciones |
Occidentales: tal una princesa |
Con las pupilas llenas de visiones,
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. . . .Que aún ignorase en la sagrada Kioto, |
En su labrado camarín de plata |
Ornado al par de crisantemo y loto, |
La civilización de Yamagata.
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. . . .Ó con amor hindú que alza sus llamas |
En la visión suprema de los mitos, |
Y hace temblar en misteriosas bramas |
La iniciación de los sagrados ritos,
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. . . .En tanto mueven tigres y panteras |
Sus hierros, y en los fuertes elefantes |
Sueñan con ideales bayaderas |
Los rajahs constelados de brillantes.
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. . . .Ó negra, negra como la que canta |
En su Jerusalem el rey hermoso, |
Negra que haga brotar bajo su planta |
La rosa y la cicuta del reposo...
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. . . .Amor, en fin, que todo diga y cante, |
Amor que encante y deje sorprendida |
A la serpiente de ojos de diamante |
Que está enroscada al árbol de la vida.
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. . . .Ámame así, fatal, cosmopolita, |
Universal, inmensa, única, sola |
Y todas; misteriosa y erudita: |
Ámame mar y nube, espuma y ola.
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. . . .Sé mi reina de Saba, mi tesoro; |
Descansa en mis palacios solitarios. |
Duerme. Yo encenderé los incensarios |
Y junto á mi unicornio cuerno de oro, |
Tendrán rosas y miel tus dromedarios.
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Tigre Hotel, diciembre 1894. |