| Lejos como en la muerte |
| Siento arder una vida vuelta siempre hacia mí, |
| Fuego lento hecho de ojos insomnes, más que fuerte |
| Si de su allá insondable dora todo mi aquí. |
| Sobre tierras y mares su horizonte es mi ceño, |
| Como un cisne sonámbulo duerme sobre mi sueño |
| Y es su paso velado de distancia y reproche |
| El seguimiento dulce de los perros sin dueño |
| Que han roído ya el hambre, la tristeza y la noche |
| Y arrastran su cadena de misterio y ensueño. |
| . |
| Amor de luz, un río |
| Que es el camino de cristal del Bien. |
| ¡ Tú me lo des, Dios mío ! |