| Los cuervos negros sufren hambre de carne rosa; |
| En engañosa luna mi escultura reflejo, |
| Ellos rompen sus picos, martillando el espejo, |
| Y al alejarme irónica, intocada y gloriosa, |
| Los cuervos negros vuelan hartos de carne rosa. |
| . |
| Amor de burla y frío, |
| Mármol que el tedio barnizó de fuego |
| O lirio que el rubor vistió de rosa, |
| Siempre lo dé, Dios mío... |
| . |
| O rosario fecundo, |
| Collar vivo que encierra |
| La garganta del mundo. |
| . |
| Cadena de la tierra |
| Constelación caída. |
| . |
| O rosario imantado de serpientes, |
| Glisa hasta el fin entre mis dedos sabios, |
| Que en tu sonrisa de cincuenta dientes |
| Con un gran beso se prendió mi vida: |
| Una rosa de labios. |