| ¿ Te acuerdas ?... El arroyo fué la serpiente buena... |
| Fluía triste y triste como un llanto de ciego, |
| Cuando en las piedras grises donde arraiga la pena, |
| Como un inmenso lirio, se levantó tu ruego. |
| . |
| Mi corazón, la piedra más gris y más serena, |
| Despertó en la caricia de la corriente, y luego |
| Sintió cómo la tarde, con manos de agarena, |
| Prendía sobre él una rosa de fuego. |
| . |
| Y mientras la serpiente del arroyo blandía |
| El veneno divino de la melancolía, |
| Tocada de crepúsculo me abrumó tu cabeza, |
| . |
| La coroné de un beso fatal; en la corriente |
| Vi pasar un cadáver de fuego... Y locamente |
| Me derrumbó en tu abrazo profundo la tristeza. |