. . . ...¿Un ensueño entrañable? ... ¿Un recuerdo profundo?... |
¡Fué un momento supremo á las puertas del Mundo! |
. |
. . . El Destino me dijo maravillosamente: |
-Tus sienes son dos vivos engastes soberanos: |
elige una corona, todas van á tu frente !- |
Y yo las ví brotar de las fecundas manos, |
. |
. . . floridas y gloriosas, trágicas y brillantes! |
Más fría que el marmóreo cadáver de una estatua, |
miré rodar espinas, y flores, y diamantes, |
como el bagaje espléndido de una Quimera fatua. |
. |
. . . Luego fué un haz luciente de doradas estrellas; |
-Toma!- dijo- son besos del Milagro, entre ellas |
Florecerán tus sienes como dos tierras cálidas!... |
. |
. . . ...tal pupilas que mueren, se apagaron rodando... |
Yo me interné en la Vida, dulcemente, soñando |
hundir mis sienes fértiles entre tus manos pálidas!... |