| . . .Fiera de amor, yo sufro hambre de corazones. |
| De palomos, de buitres, de corzos ó leones, |
| No hay manjar que más tiente, no hay más grato sabor, |
| Había ya estragado mis garras y mi instinto, |
| Cuando erguida en la casi ultratierra de un plinto, |
| Me deslumbró una estatua de antiguo emperador. |
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| . . .Y crecí de entusiasmo; por el tronco de piedra |
| Ascendió mi deseo como fulmínea hiedra |
| Hasta el pecho, nutrido en nieve al parecer; |
| Y calmé al imposible corazón... la escultura |
| Su gloria custodiaba serenísima y pura, |
| Con la frente en Mañana y la planta en Ayer. |
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| . . .Perenne mi deseo, en el tronco de piedra |
| Ha quedado prendido como sangrienta hiedra; |
| Y desde entonces muerdo soñando un corazón |
| De estatua, presa suma para mi garra bella; |
| No es ni carne ni mármol: una pasta de estrella |
| Sin sangre, sin calor y sin palpitación... |
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| . . .Con la esencia de una sobrehumana pasión! |